Un hecho aparentemente inocente como puede ser compartir tu contraseña de Netflix con un familiar que no viva en tu propio hogar, puede ser considerado un delito en algunas partes del mundo, como ya sucede en Reino Unido, algo que está poniendo en alerta a los consumidores.

No solo Netflix está tomando medidas para que no compartamos nuestras contraseñas fuera del hogar, sino que también el gobierno británico, en concreto la Oficina de Propiedad Intelectual (IPO) ha publicado una nueva guía sobre el tema de la piratería, una nueva versión que establece que compartir contraseñas en servicios de transmisión viola la ley de derechos de autor.

Ante tal cambio en la disposición, TorrentFreak se ha puesto en contacto con la propia IPO para obtener aclaraciones al respecto: “el intercambio de contraseñas no solo es técnicamente un delito, sino que también puede constituir un fraude”.

“Existe una variedad de disposiciones en el derecho penal y civil que pueden ser aplicables en el caso de compartir contraseñas cuando la intención es permitir que un usuario acceda a obras protegidas por derechos de autor sin pago. Estas disposiciones pueden incluir el incumplimiento de los términos contractuales, el fraude o la infracción secundaria de derechos de autor, según las circunstancias”, explica la IPO.

Por otra parte el Servicio de la Fiscalía de la Corona en Reino Unido señala “que utilizar los servicios de un club de socios sin pagar y sin ser socio es un caso claro de fraude. Al igual que datos o software con cargo a través de Internet sin pagar”.

Lo que se espera a corto plazo

Esto podría aplicarse perfectamente a compartir contraseñas de Netflix o de cualquier otro servicio, aunque ya es otra historia que las autoridades vayan a crear un procedimiento judicial solo porque una persona haya compartido cuenta con su pareja que no vive en el mismo hogar.

Sea como fuere, está claro que existe una tendencia a que cada vez sea más difícil compartir cuenta de estos servicios.

Netflix está pensando en varios procedimientos para multar a los usuarios que compartan su propia contraseña, cobrándoles un extra todos los meses o incluso deshabilitándoles la cuenta.