China ha tomado una decisión significativa al entregar el control de un satélite equipado a una IA. Este movimiento, por muy extraño que parezca, ha generado preocupación en todo el mundo y, es que, entregar un satélite a una IA es algo que no está en la imaginario de muchas personas.

El experimento llevado a cabo por científicos chinos ha hecho que este satélite ponga su atención en la Tierra, aunque no de manera general. De hecho, la atención que ha puesto se ha concentrado en varios puntos muy concretos que han hecho que salten todas las alarmas por parte de los científicos.

Este movimiento ha suscitado varias preocupaciones entre los expertos de todo el mundo, con muchos preocupados de que el sistema de IA pueda ser utilizado para automatizar ataques y aumentar las capacidades militares del país.

El sistema también podría ser utilizado para fines de vigilancia, lo que agravaría aún más las preocupaciones sobre la privacidad. Cabe destacar que China ha estado invirtiendo fuertemente en tecnología de IA en los últimos años, con el objetivo de convertirse en líder mundial en el campo a lo largo de los siguiente años.

La IA se ha adueñado de un satélite en China como parte de un experimento

El país ya ha hecho progresos significativos en el desarrollo de sistemas de IA para una variedad de aplicaciones, incluyendo el reconocimiento facial y otras propuestas. El uso de la IA en aplicaciones militares plantea importantes preocupaciones éticas. 

La posibilidad de que la tecnología sea utilizada para ataques automatizados plantea preguntas sobre la responsabilidad y la rendición de cuentas de tales acciones. El uso de la IA en aplicaciones militares también genera preocupaciones sobre la posibilidad de consecuencias no deseadas.

De hecho, lo curioso es que al estudiar los puntos a los cuales ha apuntado el satélite la conclusión general es que son zonas con las cuales China habría tenido algún conflicto en el pasado. Sí, parece que no hay aleatoriedad dentro de estos puntos vigilados por el satélite.

A medida que los sistemas de IA se vuelven más avanzados, pueden resultar cada vez más difíciles de controlar, lo que podría dar lugar a resultados no deseados. Esto es particularmente preocupante en el caso de aplicaciones militares, ya que las consecuencias no deseadas podrían tener graves consecuencias.

La decisión de entregar el control del satélite al ejército es probable que exacerbe las preocupaciones sobre las capacidades militares de China. Resulta cuestionable el haber dejado libre a la IA a lo largo de todo este trayecto y, de hecho, puede que eso sea justamente lo peor del asunto.