Cuando Tinder se lanzó en 2012, sus creadores no se lo pensaron mucho. Un par de meses de idea y trabajo. Se lanzaron con todo, ya que no tenían nada que perder: eran jóvenes, un grupo pequeño y la idea parecía buena. El resultado no ha podido ser más influyente en toda una generación de jóvenes.

“Montamos lo que acabaría siendo Tinder en unas seis u ocho semanas y lo lanzamos“, explicó Jonathan Badeen, uno de los cofundadores de Tinder e inventor del deslizamiento. También conocido como swipe entre los expertos.

El swipe (ese deslizar para un lado para decir que te gustaba la persona, y para el otro lado para decir que no te gustaba) fue el arma secreta de Tinder: ahora parece obvio, pero hace una década, el swipe transformó las citas por móvil al convertirlas en una especie de juego.

El deslizamiento era divertido y compulsivo, y mantenía a los usuarios en la aplicación durante horas y horas. Liberaba dopamina, una sustancia química del cerebro que produce una sensación de placer que, según Dinesh Moorjani, otro de los cofundadores de Tinder, mantenía a los usuarios enganchados a la plataforma.

Una app de citas que parecía un casino

“Teníamos algunos usuarios que utilizaban la aplicación entre 30 y 40 veces al día“, dijo sorprendido el cofundador de la app de citas. Y, ¿quién en su sano juicio entraría 40 veces al día a una app para buscar pareja? Tinder se ha convertido en una especie de juego, de ruleta rusa.

“Puedes entrar en una especie de madriguera y quedarte allí durante horas. Incluso puedes perderte salir de fiesta porque estás atrapado en ese bucle”, añade Natasha Schüll, antropóloga de la Universidad de Nueva York que estudia la tecnología y el diseño de juegos.

Esta experta dice que Tinder tiene las mismas cualidades de juego que las máquinas tragaperras, y los usuarios caen en el mismo tipo de bucles de juego interminables que ella observó en los jugadores de Las Vegas.

Pero, ¿lleva el swipe al amor? Esta es la gran pregunta sin respuesta siempre gira alrededor de la app. Hay gente que ha encontrado a su pareja estable dentro de Tinder. Pero otras tantas personas solo lo usan como ruleta rusa de chichos y chicas que conocer… y olvidar.

Millones de matches… ¿cuántas parejas felices?

En 2014, Tinder informó de que había hecho más de 2.000 millones de matches, pero eso no significa 2.000 millones de relaciones felices. Y aunque el modelo de negocio de Tinder ha sido un éxito -es sistemáticamente una de las aplicaciones con más ingresos año tras año-, su efecto en los usuarios no está tan claro.

Para muchos usuarios usar Tinder es casi una adicción. Siempre hay nueva gente que conocer, potenciales novios y novias… para qué estar con una persona si en una app tengo al alcance a millones de atractivas personas que seguro que quieren conocerte… y esto solo genera dudas sobre los usuarios.

Actualmente no se han dado datos de qué porcentaje de parejas de Tinder han salido adelante, durando más de unos pocos meses. Lo que es verdad es que la app gamifica el proceso de búsqueda de pareja, y esto solo puede suponer una pesada losa para la relación.

Si consigues un premio jugando a una app, ¿te vas a quedar con el primer premio que te toque o vas a querer seguir jugando? La base tan adictiva de Tinder ha cambiado el panorama de las apps para siempre. Hay que ludificar todo, hasta la aplicación que sirve para ver el tiempo. Hay un antes y después de Tinder.