La era de la digitalización genera como consecuencia que tengamos todos nuestros datos almacenados en el teléfono ya sean fotos, mensajes, actividades laborales, libros, música y hasta los datos bancarios. La posibilidad de acceder a la entidad bancaria correspondiente y realizar procesos sin necesidad de acudir presencialmente es una de las principales bazas de este avance. Claro está que la alternativa de presentarse uno mismo de forma física sigue siendo viable, aunque en ocasiones esto implica largas colas y una espera casi interminable. De modo que vamos a valorar las ventajas que conlleva cada proceso.

Llevar la tarjeta en el móvil es seguro

Desde hace un tiempo existe la opción de ejecutar pagos contactless con la tarjeta de crédito, pero el problema que presenta es que necesitamos la tarjeta física para ello. Con la llegada del NFC y de aplicaciones como Google Pay, olvidar la tarjeta en casa no supone un inconveniente, mientras que también cuenta con varios aspectos positivos frente al formato físico.

El primero de ellos es que en el móvil no aparecen los datos de la tarjeta de una forma tan vistosa. Seguro que sabes que la información de acceso de tu cuenta bancaria se encuentra en la parte trasera de la tarjeta y cualquiera puede obtenerla en el caso de robártela o prestar atención si la tienes en la mano. En cambio, tu dispositivo no mostrará nada sensible sobre las transacciones que lleves a cabo. Además, los smartphones cuentan con diferentes mecanismos de seguridad para mantener a raya a las amenazas cibernéticas.

Por otro lado, es importante destacar que rehusar del móvil en este tipo de situaciones no te garantiza estar más seguro. Principalmente, porque tener la tarjeta en físico en tu cartera también puede significar un peligro. Hay delincuentes que utilizan métodos avanzados para hacer una copia de la tarjeta y la única forma de evitarlo es contar con una cartera con protección metalizada. Esta clase de armadura hace que sea imposible recibir señales del exterior, aunque implica un desembolso adicional para tu bolsillo. Otra alternativa pasa por comprar una funda con protección RFID para la tarjeta, la cual funciona como una especie de inhibidor.

Puedes pagar con total tranquilidad

Los móviles inteligentes actuales cuentan sistemas de seguridad integrados en las principales aplicaciones de gestiones de pago, como Samsung Pay, Google Pay o Apple Pay. Por no hablar de que, si tienes desactivado el NFC del dispositivo, resultará imposible acceder a la tarjeta o sus datos.

Si bien es cierto que existe la posibilidad de que te roben el teléfono, pero no debería haber problemas, ya que esta clase de apps no muestran los datos así como así. Además, lo más seguro es que tengas un patrón de bloqueo para que sea imposible acceder al smartphone al completo. De modo que hoy en día puede ser mucho más seguro utilizar nuestro móvil como forma de pago, por lo que no deberías tener miedo.