Tras experimentar un brutal crecimiento en 2022, las ventas de coches eléctricos se espera que no hagan más que crecer exponencialmente en 2023. La verdad es que resulta bastante impresionante este crecimiento cuando todos conocemos la situación económica mundial. Sin embargo, es obvio, pero la revolución de los vehículos eléctricos no se generalizará hasta que no mejoremos su batería.

Y este es nuestro gran objetivo si queremos llegar a 2050 con emisiones cero. El punto a tener en cuenta es que aunque las baterías hacen que las cosas funcionen, las actuales impiden que los VE funcionen tan bien como podrían. 

Tal y como explicamos recientemente, el tipo de batería más popular actualmente es la tecnología de electrolito líquido de iones de litio. Hace más de diez años se fabricó el primer coche eléctrico con batería de iones de litio para el mercado internacional, cuando las baterías de estado sólido eran solo un sueño.

Estas baterías han funcionado de maravilla durante años. Pero, debido a las limitaciones físicas de tratar con un electrolito líquido, ahora están llegando a su límite en términos de densidad de celdas de energía. Un líquido sólo se puede comprimir hasta cierto punto. Por lo tanto, estas baterías sólo pueden ser pequeñas y sólo pueden contener cierta carga.

Entran en juego las baterías en estado sólido y una novedad recién descubierta

Como ya explicamos, las baterías de iones de litio son pesadas, caras, duran relativamente poco y no ofrecen la autonomía necesaria para convencer a la población de hacer el cambio al coche eléctrico. 

Sin embargo, las baterías de estado sólido (SSB) son una nueva y prometedora tecnología que puede conseguirlo. Usan electrolitos de estado sólido en lugar de líquidos y se añade silicio al componente anódico para aumentar la densidad energética.

Estas baterías pueden cargarse más rápido, no suponen un riesgo de seguridad si se derrama el contenido y pueden almacenar más energía que las anteriores. En teoría, la mayor densidad energética podría superar los 1.000 Wh/L, cuatro veces más que las baterías actuales. 

En primer lugar, la autonomía podría duplicarse. Asimismo, la carga rápida en corriente continua podría durar solo de 15 a 20 minutos y su vida útil se podría aumentar hasta los 20 años. Y no hay que olvidar que la seguridad es mucho mayor porque el electrolito sólido no es inflamable.

Pero como todo en esta vida, siempre hay una parte negativa. En este caso, actualmente las SSB están limitadas por el daño que se produce en los electrodos cuando los iones de litio se mueven a través de ellos. 

Esto se debe a que los electrodos se expanden y encogen con el movimiento de los iones al cambiar su estructura, y para que las SSB sean viables, se necesita una forma de detener este movimiento dañino.

Como solución, un equipo de investigadores estudió un nuevo tipo de material de BLU que tiene una estabilidad increíble y evita que se dañen los electrodos. Este material es útil por una razón principal: tiene el mismo volumen cuando los iones salen de él o entran en él. Por tanto, la batería puede utilizarse una y otra vez sin que se produzca una degradación del material.

Si esto realmente es así, estaríamos ante una batería que se puede cargar una y otra vez, con todas las ventajas de base de las baterías de estado sólido. 

Las pruebas demostraron que, tras 400 ciclos, no se produjo degradación alguna. “Este hallazgo podría reducir drásticamente los costes de las baterías. El desarrollo de baterías prácticas de estado sólido de alto rendimiento también puede conducir al desarrollo de vehículos eléctricos avanzados”, explican.

Según el equipo, esta batería podría suponer un vehículo eléctrico que se cargase en sólo cinco minutos, con mayor capacidad que las baterías actuales, y todo ello a un coste mucho más barato.  

Las baterías de estado sólido son el futuro y representan uno de los avances tecnológicos más prometedores. Y es que, paremos un momento y valoremos la situación. La mayoría de la gente piensa que las baterías de estado sólido impulsarán la revolución de los vehículos eléctricos. Y lo harán, pero son mucho más que eso. 

Prácticamente todo lo que usas a diario, tu vehículo eléctrico, tu smartphone y tu portátil, utiliza baterías de iones de litio. La batería de estado sólido revolucionará todos estos dispositivos, no sólo los vehículos eléctricos. Esperemos que finalmente lleguen al mercado, se reduzcan sus precios, se mejores y se conviertan en la gran solución tecnológica.