Elaborar café es todo un arte para que salga lo más rico y puro posible, y no solo tiene que ver con nuestra destreza, sino también el tipo de cafetera que estemos utilizando.

De hecho tenemos varios tipos de cafeteras a las que podemos acudir para preparar el mejor café, una de ellas son las cafeteras de cápsulas que son las más sencillas y con un montón de sabores; también tenemos las cafetera express; o una opción bastante barata y clásica, como es utilizar una cafetera italiana que se pone al fuego.

Y según comentan desde la OCU, uno de los debates que están surgiendo en las redes sociales durante estas últimas semanas, es preparar café en este tipo de cafeteras italianas con la tapa de la cafetera abierta o bien cerrada.

Para que se te pueda dar una respuesta clara y concisa, primero hay que entender cómo hacer un café con cafetera italiana de la mejor forma posible.

Tal como señala la propia OCU, para elaborar un rico café con una cafetera italiana debes primero llenar la parte inferior con agua hasta la válvula de seguridad. Ahora es momento ya de poner el café en el filtro, teniendo en cuenta que necesita dos cucharadas de café por taza.

Momento de cerrar la cafetera enroscando la parte inferior con la parte superior. Debemos ponerla al fuego hasta que oigas el gorgoteo del café, y ya evidentemente retirar la cafetera en cuanto empieza a salir el vapor.

Y la respuesta quizás no es lo que te esperes

Y ahora la pregunta importante: ¿conviene dejar la tapa cerrada o bien abierta durante todo este proceso de hacer café con la cafetera italiana?.

Para ello, desde la mencionada organización señalan que la producción de café en este tipo de cafeteras se trata de un juego de presiones, y básicamente aquí la tapa no tiene ningún papel.

De esta forma, la existencia de la tapa en estas cafeteras es para evitar salpicaduras del café caliente, pero en lo que respecta a la elaboración de café, da igual tener la tapa abierta o la tapa cerrada.

En todo caso, es conveniente tener la tapa abierta, básicamente para controlar cómo se está haciendo el café dado que la idea es que no llegue a hervir para evitar el sabor a requemado.

Así que hay que reducir a fuego medio una vez que el café empiece a subir, y es por ello que conviene mantener la tapa abierta para controlar la situación.